Vivo en la hermosa capital, Berlín, un poco a las afueras, pero en cuanto llegas al centro, me encuentro cada vez con más e-scooters....
El e-scooter se concibió originalmente para ayudar a la gente a hacer el "último kilómetro" hasta casa si el autobús no pasa o hay que caminar un poco más desde la parada de tren o autobús.
Pero si soy sincero:
Para mí, el e-scooter no tiene ninguna utilidad en las afueras de Berlín, porque está fuera del alcance de la gran red. ¿Quién llevaría el scooter desde las afueras hasta el centro de la ciudad? ¡No se puede!
💚Y fue entonces cuando descubrí la KETTLER Zero 8 por mí mismo.💚
Mi hijo es el orgulloso propietario de su hermana pequeña, la Zero 6, y pensé:
¿Por qué no? - Lo que puede hacer mi hijo, lo puedo hacer yo también 💪.
Así que: allá fuimos y pedimos la KETTLER Zero 8. En negro clásico y discreto, es maravillosamente simple y con una carga de peso de 100 kg, el scooter también se adapta perfectamente a mis 66 kg, y si a mi hijo le gusta, a veces lo llevo conmigo en mi gran vehículo. El chasis es ligero, pero a la vez estable y se desplaza de forma muy suave y segura gracias a los rodamientos de bolas.
Soy DEPORTIVA:
La llevo al autobús o al tren, del tren al trabajo y viceversa.
AHORRO TIEMPO:
Sí, a veces incluso voy en ella hasta el coche, porque en estos momentos tengo que aparcar tan lejos debido a unas obras en la carretera que tengo que andar casi 20 minutos. Se pliega rápidamente y cabe en el maletero. Ahora mi marido también usa mi scooter hack para el coche 😉 El manillar regulable en altura hace que sea superfácil ajustarlo a la medida adecuada.
Tengo TIEMPO PARA OTRAS COSAS:
Cuando viene un amigo a casa de mi hijo, siempre tengo un segundo patinete y mando a los niños "a tomar el aire" (por cierto, mi hijo dice que es una "frase clásica de padres")... así tengo tiempo para otras cosas mientras los niños se divierten.
En definitiva:
¡Creo que los adultos también podemos divertirnos con la KETTLER Zero 8! El scooter es la alternativa perfecta a otros dispositivos de conducción, ¡es elegante y robusto! Me siento como en mi infancia y ya estoy soñando con volver a conducir un kettcar a mi edad... ¡hach!
Tu Silke